
Alicante, 8 jul (EFE)- El programa solidario "Vacaciones en Paz", 
que ha permitido a cientos de niños saharauis viajar a España, ver otra realidad 
y ser atendidos de algunas patologías, ha cumplido 18 años, una mayoría de edad 
que le otorga un reconocimiento social que va más allá de una simple acción 
humanitaria.
 
Respaldada por decenas de familias alicantinas, esta iniciativa 
camina desde lo más práctico, con numerosas revisiones sanitarias que permiten 
detectar precozmente algunas enfermedades, hasta lo "más increíble", pues muchos 
de los niños "nunca habían visto el mar, ni un barco, ni una consola y algunos 
ni siquiera un árbol".
Así de emocionada se ha expresado la responsable de este programa 
vacacional, Ainhoa Pérez, quien en declaraciones a EFE ha subrayado que, a pesar 
de que los ojos de los menores se abren de par en par al ver tantas cosas para 
ellos nuevas, como una playa o una piscina, "siempre quieren volver a su tierra, 
junto a sus padres, aunque sepan que algunos días no habrá nada que 
comer".
Hasta la fecha y en relación al programa 2012, han llegado a la 
provincia de Alicante 118 niños y niñas de entre 7 y 12 años, "y lo hacen entre 
el asombro y el susto, y siempre agarrados de la mano de monitores 
saharauis".
Impulsado por la asociación Compromiso Sahara y la Coordinadora de 
Asociaciones Solidarias con el Pueblo Saharaui, el programa incluye revisiones 
médicas y un amplio calendario de actividades, desde las propias de las 
vacaciones, como el baño en una piscina o disfrutar de un helado, "hasta las más 
comunes para nosotros".
"Disfrutan de poder tener agua potable en cualquier momento del 
día, de ver la televisión -aunque no entiendan el idioma-, de jugar a la consola 
o, sencillamente, de tener tres comidas al día", ha explicado Pérez.
Pero, sobre todo, añade esta coordinadora, "se le brinda la 
oportunidad de tener una buena atención sanitaria", pues en sus zonas de origen 
"muchos de los centros sanitarios son gestionados por auxiliares sanitarios y no 
por médicos".
"Es duro sacarlos de allí, para nosotros, para los propios niños 
como para sus familias, pero se les brinda una oportunidad que allí no van a 
tener en la vida", ha añadido Ainhoa Pérez.
La mayoría de los niños presenta problemas de caries como 
consecuencia de la gran cantidad de azúcar que consumen, a un agua con un alto 
contenido en minerales y a los deficientes medios higiénicos. En menor medida, 
patologías de visión y/o anemia.
Sin embargo, una conversación de Pérez con una enfermera revela que 
muchos niños españoles "están peor -en lo que a alimentación se refiere- que los 
saharauis", pues aunque la dieta de estos últimos es "más básica, es mucho más 
equilibrada".
Además, alejarse de los 50 grados centígrados que se alcanzan en el 
Sahara, "aunque sea para llegar a los 30 grados de Alicante, también vale la 
pena.
Estas asociaciones son conscientes de que este programa, que nació 
en 1994, no podría desarrollarse sin la colaboración de familias voluntarias, 
que deciden dedicar sus vacaciones y su tiempo libre a "acoger y dar cariño" a 
estos niños saharauis.
La coordinación viene de la mano de más de 40 voluntarios en 
localidades de toda la provincia de Alicante y está financiado "en un 80 por 
ciento" con donativos, rifas y otros medios propios de las asociaciones y de las 
familias de acogida, y en un 20 por ciento por subvenciones.
Actualmente, sólo en caso de enfermedad grave y hasta su curación 
completa los menores pueden sobrepasar los dos meses de estancia en España, ya 
que al inicio del programa existía la posibilidad de que los niños fueran 
acogidos y tutelados a lo largo de su infancia por las familias alicantinas con 
el consentimiento de sus padres. EFE